sábado, 15 de abril de 2017

ACTIVIDAD 3: La hora del cuento.

 
 

La hora del cuento en la educación infantil es una parte muy importante del crecimiento de los niños, pues les permiten empatizar con el mundo, desarrollar y fomentar su imaginación, su creatividad, resolver conflictos, ahuyentar los temores y en muchos casos hacerles sentir más valientes al inspirarse en sus personajes favoritos.
El cuento es una de las bases para el desarrollo intelectual. Al contarles una historia podemos lograr que entiendan las cosas con más rapidez, se estimule su memoria y sus ganas de expresarse. Siendo los cuentos infantiles una buena forma de crear un lazo de unión con los niños.
 
En contextualización con lo anterior, se nos propone que trabajamos en grupo con nuestras compañeras para recrear una situación cotidiana: la hora del cuento en la escuela. Con el objetivo de aprender conjuntamente siendo autocríticos con nosotros mismo y que nos puedan evaluar, con el fin, de mejorar nuestra intervención en el momento del cuento.
Lucy, Melisa y yo trabajamos juntas en el mismo colegio, así mismo, le planteamos a Irune si podíamos realizar esta actividad de forma práctica en nuestras propias aulas. Precisamente, en el colegio creamos climas propicios para narrar o leerles un cuento en voz alta, lo hacemos de forma rutinaria y establecemos horas concretas todos los días.  De manera que; Lucy, Melisa y yo, nos organizamos para poder observar las intervención de cada una.
 
 
 
E aquí nuestra participación:
Lucy, eligió la estrategia del cuentacuentos. Conto el cuento de “Jack and the Beanstalk” (Jack y las habichuelas mágicas).
 
La intervención de Lucy me gusto mucho. Jack y las habichuelas mágicas, es una apuesta segura, los niños les encanta y Lucy fue muy divertida y dinámica en su interpretación. En el curso de la actividad, les pregunto y recreo gestos acompañados de onomatopeyas, en las cuales, los más pequeños del colegio disfrutaron al máximo. La única sugerencia, fue que invitará a los niños a que la acompañaran con los gestos escenificando algunas acciones. De manera que, ayuda incrementar la estimulación de su imaginación, teniendo en cuenta, que no tiene el apoyo de las ilustraciones que aporta un libro.                                                                               
Mi percepción de la transmisión fue que era un poco largo y puede llegar a cansar; más tratándose de los más pequeños; pero sin duda Lucy, conoce muy bien a sus alumnos y estaba claro que ya había valorado la posible extensión y en ningún momento mostraron ninguna evidencia de que les resultará largo.  Por lo que es evidente que son, muy buenos oyentes. Finalmente, dándola la enhorabuena por la excelente actividad que ha hecho.
 
Melisa en su intervención opto por la lectura del libro. Eligió el libro de “Dirty Bertie” (en español, “Tino el Cochino”), se trata de un libro súper divertido, que Melisa sin duda supo explotar. Estaba claro que conocía bien la historia; siendo ella la primera que disfruta leyéndolo. Dramatizo mucho y conquistó a los más pequeños. Mi pobre aportación crítica, es que podía detenerse más en algunas páginas del libro, para comentarlas con más detenimiento y prolongar posiblemente la lectura, ya que una vez finalizada, a los niños querían repetir. Me queda únicamente, darla mí sincera enhorabuena por la actividad.

 
 
Finalmente pasamos a mi intervención:
Tenía claro el libro que quería compartir con mis alumnos. Pero desde el principio me surgía un temor de que no fuera apropiado para su edad, siendo conscientemente de que va dirigido a niños de 3 años y no para mis alumnos que ya tienen 4/5 años… hasta el último momento, tenía la tentación de cambiar mi elección. Así que, finalmente me lo planteé como un reto, poder adaptarlo a esta edad.
Se trata de un libro de mi infancia, de manera que lo tengo bastante interiorizado. En un principio iba hacer una lectura del libro, pero enseguida me di cuenta que si hacia eso, iba a ser aburrido y no llegaría a conectar con mis alumnos. Por tanto, la estrategia clara que tenía que seguir era la narración con el libro, sin duda dándome la oportunidad de extenderme un poco y escenificar la trama.
Sin más rodeos os presento “Dinner Time”  (Hora de cenar) de Jan Pienkowski. Es un famoso ilustrador que posee unos 140 libros a su nombre.
 
Es un cuento que tiene rima y una retahíla sencilla y fácil de seguir. La estructura repetitiva del texto, facilita que los niños adivinen lo que va a ocurrir después… pudiendo preguntarles durante el proceso. El vocabulario es simple. Se trata de un libro tridimensional (pop up), este tipo de libros producen una atracción hacia el objeto llamándoles la atención instantáneamente.
El tema principal es la cadena alimenticia. Comienza con una rana que está sentada en un tronco cazando moscas, cuando se encuentra con un buitre y este le dice:
-      “Te voy a comer para cenar” – y lo hizo.
El Buitre se encuentra con gorila y ocurre lo mismo… el gorila con un tigre, el tigre con un cocodrilo… y por último el cocodrilo se encuentra con un tiburón. Se van comiendo unos a otros, puede resultar perverso pero a los niños les encanta.  
 
 
 
 
Al narrar el cuento, conseguí adaptarlo, intrigándoles con la historia. Aporte mucha gestualización con multitud de emociones, capturando su atención. Les encanto y fueron participando, con de dichas emociones, disfrutaron durante todo el proceso.
Antes de comenzar hice una breve introducción y alguna pregunta, también hice preguntas durante la trama y una vez finalizada la narración.
Aquí estamos contando los animales que aparecen en el cuento.
 

El feedback de mis compañeras.

Melisa y Lucy coincidieron, en que el libro era un poco infantil para mis alumnos; sin embargo, les gustó la estrategia que escogí y eso lo compenso. Melisa me recomendó que hiciera más hincapié en las preguntas finales, ya que son las que demuestran la comprensión del cuento.


Autoevaluación y conclusión

Para concluir mi entrada; esta actividad me ha permitido una vez más aprender de mi experiencia y poder ser autocritica conmigo misma. También tener la oportunidad de tener otra perspectiva que la que tiene uno mismo, gracias a las aportaciones de mis compañeras.

Me he sentido muy cómoda en esta actividad sobre todo con mis compañeras. Si bien es cierto, que antes de empezar la actividad, sentía inseguridad que no fuera acertada la elección del libro. Ahora bien, la adaptación fue un éxito y me siento muy contenta de no haber caído en la tentación de escoger otra alternativa.  

 

Referencias:


Modulo Docente - Literatura

miércoles, 12 de abril de 2017

ACTIVIDAD 2: Cuentos Folclóricos.

 
Para comenzar esta actividad expondré la importancia de la literatura en la infancia; los cuentos, son fundamentales para los niños. Les ayudan a crecer, a construir palabras, a relacionarse con sus familiares, etc.
Desde pequeñitos los niños aprenden a apreciar las historias, siempre hay algo, alguna cosa, que "conecta" directamente con algún aspecto dentro de ellos.   Por lo que la incorporación de la literatura oral tradicional en la escuela; supone hacer que los alumnos vivan, disfruten y experimenten “la palabra”, que ha subsistido durante tantos años. La emotividad y sensibilidad colma la comunicación entre las personas y van incorporándolas a su conocimiento. Es evidente que estos cuentos son la herencia que se va elaborando y transmitiendo de forma horizontal, resultando ser un gran recurso en nuestras aulas y con el futuro acercamiento a la literatura escrita.
Estos personajes mágicos llenan de emociones a todas las generaciones.
De acuerdo con la actividad; el primer cuento folclórico que he escogido corresponde en su clasificación: a los cuentos maravillosos. He seleccionado “The elves and the Shoemaker” (Los duendes y el zapatero) de los hermanos Grimms (1905). Existen múltiples versiones de este cuento, he elegido uno y lo he traducido, adaptándolo a los niños de 4-5 años.
Este cuento en sus versiones originales suele estar ambientado en la época navideña, con el objetivo del simbolismo navideño de dar un regalo. Es de los pocos cuentos folclóricos.  Sin embargo, esta,  carece de dicha temática. Aquí os dejo el link:  https://www.speakaboos.com/story/the-elves-and-the-shoemaker.
En primer lugar, he simplificado el texto sin eliminar la esencia del cuento, de modo que será menos denso para los niños. He adaptado el vocabulario y suprimido y alterado frases que no me parecían muy convenientes para este grupo de niños, como por ejemplo: en una ocasión menciona que (el zapatero y su mujer) morirán de hambre. Son circunstancias que ocurren en la vida real pero me parece un tanto impetuoso para los niños. Sin embargo, el psiquiatra Bettelheim afirma que la comprensión de la vida no se adquiere repentinamente a una edad determinada ni cuando uno ha llegado a la madurez cronológica, por lo que los cuentos folclóricos son un vínculo, una vía hacia el reflejo de los conflictos psicológicos, tanto para los niños como para los adultos; el autoconcepto y explicarse del mundo. Por ello se hace necesario, que las cualidades de los cuentos sean la estimulación de la fantasía y la imaginación.

En esta etapa de la infancia, la fantasía es algo importantísimo para ellos. Características como  “la magia”, en este periodo se sienten identificados, más bien, quieren ser como ellos… superhéroes con cualidades o dotes, como puede ser la super fuerza o tener la capacidad de hacer cosas a la velocidad del rayo.  Esta evidencia se refleja en el cuento cuando los duendes fabrican a la velocidad del rayo los zapatos.

La fórmula de entrada, comienza como muchas otras historias :
 Érase una vez, un zapatero que trabajaba duro pero era muy pobre. Una noche, el zapatero se dio cuenta de que solo les quedaba una última pieza de cuero, suficientemente grande como para hacer un par de zapatos. Después tendría que cerrar su tienda.
El hombre se sentó en su mesa de trabajo y cortó la última pieza de cuero. El zapatero agotado se fue a la cama, tendría que levantarse pronto por a la mañana y terminar los zapatos. Con la consecuencia de abrir la tienda muy tarde y probablemente no vendería los zapatos.
A la mañana siguiente el hombre se despertó y fue a la mesa de trabajo de su tienda. Para su gran sorpresa, se encontró un par de zapatos ya terminados. Los zapatos eran perfectos. No había ni una sola puntada que estuviera fuera de lugar. El zapatero, no podía creer lo que estaba viendo.
-“Mary, Mary, ven rápido!” el zapatero llamó a su esposa.
Mary bajo las escaleras del taller para ver qué ocurría. “¿Qué ocurre?” le pregunto, “nada” dijo el zapatero. “En realidad, algo maravilloso ha sucedido. Alguien ha hecho estos zapatos mientras dormíamos.” Mary abrió la boca de sorpresa. “¿Pero quién haría algo tan generoso por nosotros?” ella se preguntó en voz alta.
-“Son perfecto” el zapatero pudo abrir su tienda pronto y un cliente los compro pagando más del precio original por su buena calidad.   El zapatero estaba tan feliz que con el dinero que obtuvo de la venta de los zapatos, compró suficiente cuero como para hacer dos pares de zapatos y comprar la cena para su esposa y para él.
Esa noche, antes de acostarse, el zapatero se sentó en su mesa de trabajo y recorto el cuero en dos piezas para dos pares de zapatos que él haría por la mañana.
A la mañana siguiente el zapatero fue a su taller para hacer los dos pares de zapatos, pero cuando llegó a su mesa, encontró los zapatos ya hechos. Como la vez anterior, estaban perfectos en todos los sentidos. El zapatero no podía creer su suerte.
- “Mary, Mary,” el zapatero llamado a su esposa. “¿Adivina qué? ¡Alguien ha hecho los zapatos de nuevo!” él gritó. Mary corrió escaleras abajo y empezó a bailar de felicidad. Corrió a ver los zapatos. “Oh, esto es increíble! Me gustaría saber quién nos está ayudando. Me gustaría agradecérselo. Yo les daría...”Mary se detuvo, se dio cuenta de que no tenían casi nada que ofrecer. “Al menos, podemos agradecérselo”.
El zapatero abrió la tienda y dos clientes compraron los zapatos. Como estaban tan bien hechos los clientes pagaron más por los zapatos que su precio normal. El zapatero y su mujer pudieron comprar cuero para hacer cuatro pares de zapatos. Luego se fueron al mercado y compraron comida suficiente para dos días.
El zapatero bajó a cortar su cuero y mientras trabajaba, tuvo una idea. Terminó rápidamente de cortar y corrió escaleras arriba para contarle a su esposa la idea que había tenido.
- “Mary, debemos ocultarnos en el taller de la tienda y esperar a que el misterioso ayudante venga esta noche, para averiguar quién nos está ayudando” le dijo a su esposa.”
-“Que gran idea “dijo Mary.
Por lo que, se escondieron y esperaron. Después de un rato, aparecieron dos elfos muy desaliñados, entraron en el taller de la tienda y comenzaron  hacer los zapatos. Ellos trabajaban  a la velocidad del rayo y terminaron de hacer los cuatro pares de zapatos en dos minutos. Los elfos se fueron antes de que el zapatero y su esposa pudieran darles las gracias. A la mañana siguiente, el zapatero y su esposa decidieron que no podían permitir que los elfos trabajaran  en esas condiciones cuando les habían ayudado tanto.
“Hace frío por la noche y viene el invierno” dijo Mary, se entristecía con solo pensarlo.
De modo que, Mary cogió y corto un trozo de las cortinas que colgaban en su dormitorio y con una aguja y un hilo comenzó a hacer un traje para cada uno de los dos elfos.  Hizo dos camisas, dos pares de pantalones, dos pares de zapatillas, dos chaquetas, dos pares de guantes, dos bufandas, dos sombreros…  
Ese mismo día, el zapatero vendió los cuatro pares de zapatos y utilizó el dinero de las ventas para comprar el suficiente cuero para mantenerse en el negocio.
Por la noche; el zapatero y su esposa fueron a la tienda y pusieron la ropa que Mary había hecho para los elfos en la mesa de trabajo. A continuación, se escondieron y esperaron. Cuando los elfos finalmente llegaron, vieron la ropa que y comenzaron a bailar de alegría. Los elfos se fueron muy felices; el zapatero y su mujer, no volvieron a pasar hambre ni ser pobres. Tampoco olvidaron nunca a los maravillosos elfos y vivieron felices para siempre.
 
En base a múltiples ideas principales que he adaptado para este público son como por ejemplo: los duendes aparecen desnudos y he querido cambiarlo. También referente a donde se esconden el zapatero y su mujer, en el momento que aparecen los duendes, (detrás del sofá o la cortina) varia en el narrador. Se trata de un detalle, que no interfiere en su naturaleza.
La moraleja que como adultos podemos extraer: el trabajo duro y bien hecho, siempre es recompensado.  Posiblemente, no coincide con la perspectiva o la interpretación que los más pequeños hagan del cuento.
 
 

 

 
 
El segundo cuento que he elegido también corresponde a los múltiples cuentos folclóricos de los hermanos Grimms. Este se titula: RUMPELSTILTSKIN, (1905).   http://es.cuentos-de-hadas.wikia.com/wiki/Rumpelstiltskin.
Al lado de un bosque, en un país muy lejano, había un arroyo y un molino. La casa del molinero estaba cerca, y el molinero, tenía una hija muy hermosa. Además, era muy astuta e inteligente. El molinero estaba tan orgulloso de ella, que un día le dijo al rey que su hija a convertir la paja en oro hilándola con una rueca. A este rey le gustaba mucho el dinero; al oír la alabanza del molinero, se levantó su codicia, y mandó llamar a la muchacha para que la trajeran. Luego la condujo a una cámara en su palacio, donde había un gran montón de paja, y le dio una rueda y dijo: "Todo esto debe ser convertido en oro antes de la mañana, como amas tu vida", la muchacha dijo que no podía y aun así, el rey cerró la puerta dejándola sola.
Se sentó en un rincón de la habitación y comenzó a llorar. Cuando de repente se abrió la puerta, y un duendecillo de aspecto gracioso entró cojeando, y dijo:
 -Buenos días mi buena muchacha
-¡Ay! -exclamó ella-, debo hacer hilar esta paja y convertirla en oro, y no sé cómo. -¿Qué me das -replicó el duendecillo-, para que lo hagas por ti? -Mi collar -replicó la doncella-. Tomó su palabra y se sentó al volante, silbó y cantó:
“Y zis-zas, zis-zas”, toda la paja se convirtió en oro hilado.
Cuando el rey vio que su deseo se había cumplido, su corazón se volvió aún más codicioso y volvió a cerrar la hija del molinero con una nueva tarea. La hija del molinero volvió a entristecerse.
El duendecillo volvió aparecer y dijo: -¿Qué me darás para hacer tu tarea? -El anillo en mi dedo -dijo ella.
“Y zis-zas, zis-zas”, toda la paja se convirtió en oro hilado.
El rey se alegró muchísimo de ver todo este reluciente tesoro. Pero todavía no tenía suficiente; así que llevo a la hija del molinero a un a una cámara del castillo con un montón mucho más grande de paja, y dijo, “Todo esto debe ser hilado esta noche, y si es así, serás mi reina”. Tan pronto como estaba sola, el duendecillo entró y dijo: 
-¿Qué me darás para que te hile oro por tercera vez? - No me queda nada-, dijo ella. El duendecillo dijo:
- Cuando seas reina me darás tu primer hijo. -Puede que nunca lo sea -pensó la hija del molinero- y asintió a las peticiones del duendecillo. Este volvió a convertir la paja en oro. El rey vino por la mañana y, hallando todo lo que quería, se vio obligado a cumplir su palabra. Se casó con la hija del molinero, convirtiéndose en reina.
En el nacimiento de su primer niño, había olvidó el acuerdo que había hecho con el duendecillo. Este entró en su habitación, al verle se acordó, la muchacha le dijo que le daría toda la riqueza del reino si no se llevaba a su hijo. El duendecillo se lo pensó y respondió:
- "Yo te daré tres días de gracia, y si durante ese tiempo me dices mi nombre, mantendrás a tu hijo".
Ahora la reina permaneció despierta toda la noche, pensando en todos los posibles nombres; envió mensajeros por toda la tierra para descubrir otros nuevos. Al día siguiente vino el duendecillo, y empezó a nombrar los posibles nombres como: TIMOTHY, ICHABOD, BENJAMIN, JEREMIAH, y todos los nombres que pudo recordar; pero a todos ya cada uno de ellos dijo: “Señora, ese no es mi nombre”.
El segundo día comenzó con todos los nombres cómicos de los que podía oír hablar, BANDY-LEGS, HUNCHBACK, CROOK-SHANKS, y así sucesivamente y una vez más contesto: "Señora, ese no es mi nombre".
Al tercer día, uno de los mensajeros volvió y dijo: "He viajado dos días sin oír ningún otro nombre; sin embargo ayer, mientras trepaba por una colina alta, entre los árboles del bosque donde el zorro y la liebre se daban buenas noches, vi una cabaña. Delante de la choza alrededor de un fuego, un enano pequeño gracioso danzaba sobre una pierna y cantaba:
"Hoy tomo vino,
y mañana cerveza,
después al niño sin falta traerán.
Nunca, se rompan o no la cabeza,
el nombre Rumpelstiltskin adivinarán!"
El duendecillo apareció el tercer día;
- "Ahora, señora, ¿cuál es mi nombre?" "¿Es JOHN?", Preguntó ella. -No, señora ... -¿Es TOM? -¡No, señora! -¿Es JEMMY? -No.
-¿RUMPELSTILTSKIN? -dijo la señora con astucia-.
 "¡No puede ser!" gritó él, "¡no lo puedes saber! ¡Te lo ha dicho una bruja!" Y tanto y tan grande fue su enfado, que dio una patada en el suelo que le dejó la pierna enterrada hasta la mitad, y cuando intentó sacarla, el enano se partió por la mitad.
 
Como en la anterior ocasión, he adaptado el vocabulario y suprimido y alterado frases que no me parecían muy convenientes para público de 5-6años. Lo he reducido un poco, sin alterar la esencia, detalles insustanciales que no perjudican la trama del cuento.
Considero que este cuento vaya dirigido al último ciclo de educación infantil; ya que se pueden trabajar elementos que aparecen en el cuento como es: el molino ¿qué se puede fabricar en un molino?, la paja, etc.  Conocimiento que podemos consolidar con éxito en este periodo.
A esta edad, también, los estereotipos como puede ser el duendecillo; que representan los personajes de los textos y su polaridad son imprescindibles para que los niños identifiquen el contenido.  La astucia y la inteligencia por parte de la muchacha ayudan a los niños determinar que muchos de los obstáculos que se producen en la vida se pueden solventar con la inteligencia y con sagacidad.


El tercer cuento que he escogido pertenece al autor Hans Christian Andersen, titulado:” The emperor's new clothes” (El traje nuevo del emperador). En esta ocasión he tenido que suaviza el vocabulario de esta versión. He intentado adaptarlo para niños de 5/6 años.
 
Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia.
La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos extranjeros, y una vez se presentaron dos trúhanes que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo.
-¡Deben ser vestidos magníficos! -pensó el Emperador-. Si los tuviese, podría distinguir entre los inteligentes funcionarios del reino de los que son inexpertos para el cargo que ocupan. Nada, que se pongan enseguida a tejer la tela-. Y mandó abonar a los dos pícaros un buen adelanto en metálico, para que pusieran manos a la obra cuanto antes.
Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban; pero no tenían nada en la máquina. A pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad, que se embolsaron, mientras seguían haciendo como que trabajaban en los telares vacíos hasta muy entrada la noche.
«Me gustaría saber si avanzan con la tela»-, pensó el Emperador. Pero había una cuestión que lo tenía un tanto cohibido, a saber, que un hombre que fuera inepto para su cargo no podría ver lo que estaban tejiendo. No es que temiera por sí mismo; sobre este punto estaba tranquilo; pero, por si acaso, prefería enviar primero a otro, para cerciorarse de cómo andaban las cosas. Todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular virtud de aquella tela.
«Enviaré a mi viejo ministro a que visite a los tejedores -pensó el Emperador-. Es un hombre honrado y el más indicado para juzgar de las cualidades de la tela, pues tiene talento, y no hay quien desempeñe el cargo como él».
El viejo y digno ministro se presentó, pues, en la sala ocupada por los dos embaucadores, los cuales seguían trabajando en los telares vacíos. «¡Dios nos ampare! -pensó el ministro para sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. ¡Pero si no veo nada!». Sin embargo, no soltó palabra.
Los dos fulleros le rogaron que se acercase y le preguntaron si no encontraba magníficos el color y el dibujo. Le señalaban el telar vacío, y el pobre hombre seguía con los ojos desencajados, pero sin ver nada, puesto que nada había. «¡Dios santo! -pensó-. No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela».
Los dos tejedores, dándole los nombres de los colores y describiéndole el raro dibujo. El viejo tuvo buen cuidado de quedarse las explicaciones en la memoria para poder repetirlas al Emperador; y así lo hizo.
Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Todo fue a parar a sus bolsillos, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando en las máquinas vacías.
Poco después el Emperador envió a otro funcionario de su confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al primero; miró y miró, pero como en el telar no había nada, nada pudo ver.
«Yo no lo veo -pensó el hombre-, ¿será verdad que no estoy capacitado para mi puesto? El empleo que tengo no lo suelto. Es preciso que nadie se dé cuenta». Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y ponderó su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.
-¡Es digno de admiración! -dijo al Emperador.
Todos los moradores de la capital hablaban de la magnífica tela, tanto, que el Emperador quiso verla con sus propios ojos antes de que la sacasen del telar. Seguido de una multitud de personajes escogidos, entre los cuales figuraban los dos probos funcionarios de marras, se encaminó a la casa donde paraban los pícaros, los cuales continuaban tejiendo con todas sus fuerzas, aunque sin hebras ni hilados.
-¿Verdad que es admirable? -preguntaron los dos honrados dignatarios-. Fíjese Vuestra Majestad en estos colores y estos dibujos -y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás veían la tela.
«¡Cómo! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso».
-¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Me gusta, la apruebo-. Y con un gesto de agrado miraba el telar vacío; no quería confesar que no veía nada.
Todos los componentes de su séquito miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en limpio; no obstante, todo era exclamar, como el Emperador: -¡oh, qué bonito!-, y le aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela en la procesión que debía celebrarse próximamente. -¡Es preciosa, elegantísima, estupenda!- corría de boca en boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella.
El Emperador, les nombró tejedores imperiales.
-¡Por fin, el vestido está listo!
Llegó el Emperador en compañía de sus caballeros principales, y los dos trúhanes, levantando los brazos como si sostuviesen algo, dijeron:
-Esto son los pantalones. Ahí está la casaca. -Aquí tienen el manto… Las prendas son ligeras como si fuesen de telaraña; uno creería no llevar nada sobre el cuerpo, más precisamente esto es lo bueno de la tela.
El Emperador se quito sus prendas, y los dos simularon ponerle las diversas piezas del vestido nuevo, que pretendían haber terminado poco antes.
-¡Dios, y qué bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaban todos-. ¡Vaya dibujo y vaya colores! ¡Es un traje precioso!
-Muy bien, estoy a punto -dijo el Emperador-. ¿Verdad que me sienta bien? – y una vez más de cara al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido.
El Emperador echó a andar, bajo el magnífico palio, mientras el gentío, desde la calle y las ventanas, decía:
-¡Qué preciosos son los vestidos nuevos del Emperador!¡Qué hermoso es todo!
Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como aquél.
-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.
-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.
-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!
-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.
Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin».
 
En resumidas cuentas en este relato, su narración expone la percepción del poder que influye entre los que están teóricamente sometidos a él. El rey, al que le preocupaba sobremanera su manera de vestir, vestimenta que se proyecta como la legitimidad para reforzar su dominio. Le ofrecieron hacerle el traje con la tela más suave y delicada que se pudiera imaginar y el rey, inmediatamente, aceptó. Cuando el trabajo estuvo realizado, el rey se puso el traje y, aunque él mismo ya se dio cuenta de que iba desnudo, no quiso manifestarlo en voz alta por miedo a que los dos charlatanes descubrieran que era exactamente como ellos. El rey se puso el traje y lo exhibió ante sus súbditos, que, estupefactos, guardaron silencio ante la evidencia de que el rey iba desnudo. Todo, hasta que un niño pronunció el voz alta "¡Pero si va desnudo!", frase que sirvió para que, los que estaban a su alrededor abandonaran lo políticamente correcto y se sumaran a la evidencia.
Relata de una forma muy poderosa e impactante la sinrazón a la que pueden llevar el deseo de apariencia, el miedo y la falta de criterio propio. Favorece, a su valor educativo reforzándola y se hace incontestable. De hecho, este es un cuento clásico cuya finalidad es más educar que entretener, y cuyo mensaje sigue siendo igual de válido que hace cientos de años.
Es en definitiva un cuento cuyas lecciones todos debemos aprender alguna vez en nuestra vida, además de ser una historia divertida y original que suele gustar mucho a los niños.
Es una excelente forma de promover el criterio y la opinión propios. -- Promueve la sencillez y la humildad -- Es una historia original, curiosa y divertida, muy difícil de olvidar.
 


 
 
 
 
Web grafía:
MODELO DOCENTE: Literatura.
LIT2GO. The Elves and the Shoemaker.2006-2017
PSICOANALISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS. Bruno Betterlheim. Septiembre 1994.
LIT2GO. Rumpelstiltskin. 2006-2017